La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual provocada por una bacteria llamada Treponema pallidum. Gracias a su gran flexibilidad entre los tejidos, al ingresar el microorganismo, se abre paso rápidamente por los mismos hasta llegar a tejidos mucocutáneos y linfáticos e inician a multiplicarse. Desde el punto de vista clínico, se caracteriza por cursar periodos asintomáticos y otros sintomáticos.
La sífilis se contagia normalmente durante la relación sexual vaginal, anal u oral, con alguien infectado. También puede ser transmitida por el beso de una persona con una lesión sifilítica primaria o secundaria en los labios o en cavidad oral, por contagio indirecto en el caso de las transfusiones de sangre o sus derivados y de la madre al bebé durante el embarazo; puede llegar a causar complicaciones durante el embarazo.
Es importante recordar que es posible volver a contraerla, aunque se haya curado con anterioridad en el pasado, si no hay protección durante las relaciones sexuales.
Los síntomas son difíciles de notar y se desarrollan por etapas apareciendo y desapareciendo con el tiempo. Puedes estar infectado de sífilis durante años y no notarlo.
Primera etapa de la sífilis: aparece una pequeña llaga (chancro), suele aparecer en el lugar en dónde entró la bacteria. La lesión es firme, redonda, a veces abierta y húmeda. Normalmente aparece un chancro, pero algunas personas presentan varios.
Suelen aparecer dentro de las 3 semanas y 3 meses del contagio, duran entre 3 y 6 semanas y después desaparecen.
Sífilis secundaria: semanas después suele aparecer salpullido en diversas partes del cuerpo incluyendo palmas de las manos y plantas de los pies que generalmente no produce síntomas. En algunas personas suelen presentarse síntomas leves de fiebre (dolor de cuerpo, garganta, cabeza, etc), pérdida del cabello y pérdida de peso.
Sífilis terciaria: aproximadamente del 15% al 30% de personas con sífilis no tratada, puede provocar problemas graves de salud como daños en el cerebro, el sistema nervioso, el corazón, hígado, huesos y articulaciones, ceguera parálisis y hasta la muerte.
La sífilis es muy fácil de tratar y de curarse dentro de las etapas iniciales, que el ginecólogo te oriente en la duración y dosis del tratamiento Es importante mencionar que este tratamiento no cura cualquier otro daño que haya causado la enfermedad de transmisión sexual (ETS).
Recuerda que también es necesario que tu o tus parejas reciban tratamiento y así evitar volver a contagiarse o contagiar a otras personas.
La única manera de corroborar la infección por sífilis, es realizando una prueba de sangre en una clínica o laboratorio.
Si eres una persona sexualmente activa, tu médico ginecólogo o urólogo te indicará hacer pruebas regularmente para descartar alguna ITS.