El herpes es una infección de transmisión sexual, causada por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1) y el herpes simple tipo 2 (VHS-2). Ambos pueden causar llagas o lesiones en el área genital y en el área de la boca.
El herpes se contagia comúnmente por el contacto de piel a piel con áreas infectadas durante, en muchas ocasiones sucede durante relaciones sexuales vaginal, anal u oral sin protección.
Después del contagio, el virus puede permanecer inactivo y reactivarse múltiples veces al año.
En la mayoría de las ocasiones no provoca síntomas; el hecho de que no se presenten, no te excluyen de tenerlo.
Si se llegan a presentar síntomas, suelen aparecer 2 o 12 días posterior al contagio, estos síntomas pueden incluir:
El herpes no tiene cura, sin embargo, el médico ginecólogo te puede recetar tratamientos (antivirales) para eliminar las lesiones presentes; enviarte tratamiento para reducir y prevenir futuros brotes. Además, la terapia inhibidora reduce las probabilidades de contagiar a tu pareja.
En ocasiones el herpes es visible por las lesiones y en tu clínica ginecológica dentro de una revisión, el médico ginecólogo puede brindar un diagnóstico con una revisión, si es necesario se encargará de tomar una muestra de secreción de la llaga. En casos asintomáticos, simplemente se toma una muestra de sangre que se envía al laboratorio para detectar anticuerpos contra el virus.
- Relaciones sexuales con preservativo
- Evita tener múltiples parejas sexuales
- Revisiones y estudios de detección de ETS mínimo cada año, para prevenir el contagio de enfermedades de transmisión sexual